La Fiesta Patronal del 24 de octubre: Las fiestas patronales en honor al “Príncipe San Rafael Arcángel” se siguen desarrollando el 24 de octubre de cada año, aunque el Martirologio Cristiano señala el 29 de septiembre como el día de San Rafael, San Gabriel y San Miguel. Cuando la Santa Iglesia Católica a través del Obispo de Puebla les avisó del cambio de la fecha de la fiesta titular, los files en común con el párroco Almazán acordaron que la fiesta patronal sería el 24 de octubre dedicado al santo patrono en la parroquia y el centro de la población con novenario y celebraciones populares, y que la fiesta del 29 de septiembre sería celebrada en la capilla de “El Pocito” con solemnidades eucarísticas.

El Convite: Para festejar al “Güerito” como le dicen a la imagen de San Rafael Arcángel se inicia con el acostumbrado “convite”, el cual comienza antes del 15 de octubre y consiste recorrer las calles del pueblo, por los cuatro barrios y colonias nuevas, e ir de casa en casa repartiendo a cada familia las estampas que tienen fotos o imágenes del arcángel. La repartición la hacen varones jóvenes, a quienes les llaman “los encamisados”, pues van vestidos con nagüilla, peto y capa de colores decorada con chaquira, fleco, lentejuela, con muchas figuras en el traje, además portan un turbante en la cabeza con 7 listones de colores, y van montados a caballo que también han adornado en la crin y en la cola con flores de papel a colores.

Se acostumbra que de 9 a 15 días antes del 24 de octubre, la “Mayordomía del Convite” ofrezca una misa a las 9 de la mañana, donde el sacerdote bendice entre 7 y 8 mil estampas, las que ha llevado un padrino de la casa del mayordomo. En el templo se presentan la música, se queman cohetones, los 3 Reyes, jóvenes a caballo y carros alegóricos. Al terminar la misa se da inicio a la repartición del convite por todas las calles del pueblo. Este día los vecinos del pueblo adornan e iluminan el frente de sus casas con papel rosa, azul y amarillo.

Al termino por la tarde en que llegan a la casa del mayordomo lo reciben con una salva de cohetes, en seguida se le da de comer a todos “los encamisados”, músicos y personas que le acompañan. Antes bastaba una sola persona, para repartir el convite en todo el pueblo, pues todos éramos conocidos y hoy ha crecido tanto el pueblo que ya no es suficiente una persona, hoy se invita a personas de cada rincón para repartir las estampas. Con este evento igualmente inician “los candiles o fogatas” en el frente de las puertas de las casas en todo el pueblo. Salen gustosos lo miembros de las familias, a calentarse en la hoguera, mientras que los chiquillos se divierten con diversos juegos; todos se la pasan comiendo “choloyos” o “dulces de antojo”; simultáneamente los grupos de jóvenes que se han disfrazado de “osos” bailan en las calles. Todo esto se hace hasta el 23 de octubre.

La Fiesta del Príncipe San Rafael Arcángel: Por la noche del 23 de octubre, el templo ya luce muy arreglado con finas flores y adornos, a las 7 de la noche de “vísperas y maitines” que el párroco hace en su rezo. Hay cohetes, música, granadas. No puede faltar la “música azteca” o teponaxtle con chirimía, para dar la Víspera del gran día 24 de octubre.

El día 23 por la tarde, era costumbre que llegasen 2 bandas de música para acompañar la oración a las 4 de la mañana del día 24, interpretaban “las mañanitas” en ensamble con los coros de los vecinos del pueblo. Décadas atrás se contrataban hasta 4 bandas de música: la de la serenata, la de la salva, la del mayordomo y la banda del pueblo; a un tiempo se quemaba la salva de cohetes de luz y trueno, la salva de granadas de trueno y luz. Durante la noche del 23 para amanecer el 24 se reunían hasta 13 conjuntos de mariachis, todos de gran prestigio nacional para cantarle al santo patrón.

De las 8 de la mañana a las 12 del medio día se da el recibimiento de “las antorchas” compuestas por jóvenes de ambos sexos. Primeramente llega un grupo de 130 motociclistas que fueron a traer “la luz” al Santuario de la “Virgen Juquilita” en el Estado de Oaxaca; la caravana hace una escala obligada en el pueblo de San Rafael Comac en Cholula, donde también es la fiesta, y ahí agradecen al mismo arcángel retornar con bien del largo y peligroso viaje, esos peregrinos son recibidos con alegría por los habitantes de esa población hermana y les ofrecen una misa y alimentos de manera generosa, enseguida emprenden de nuevo su regreso a Tlanalapan para estar presentes el 24.

Otro grupo, con más de 100 jóvenes peregrinan a “San Juan de los Lagos”; uno más en peregrinación que viaja en autobús se dirigió a la Basílica y Villita de la Virgen de Guadalupe; otro al Santuario del “Señor de Chalma”; a su vez, está la caravana de niños que hace el viaje peregrino a Tlaxcala al Santuario de la “Virgen de Ocotlán”. La entrada al pueblo de San Rafael de todas las “antorchas” o peregrinaciones genera una gran agitación y revoloteo de las antorchas que es una visión impactante y maravillosa para festejar al Príncipe San Rafael.

Al medio día del 24, se hace la celebración eucarística oficiada normalmente por el Señor Arzobispo de la Diócesis de Puebla, desarrollándose “las primeras comuniones” y “las confirmaciones”; al terminar la misa todos los habitantes se retiran a comer con sus familias; en las casa se sirve el tradicional mole poblano con el auténtico chile mulato, que aquí se cultiva y que tanta fama nacional a dado a este pueblo.

En la tarde la algarabía aumenta con la competencia entre las bandas de música del estado o del país, las que fueron contratadas por los vecinos de los barrios de Tlanalapan y Texmelucan.

Llegada la noche comienzan a quemarse los toritos y los juegos artificiales con sus elegantes castillos y descargas de granadas de luz y trueno, sin faltar los aparatos mecánicos, puestos de antojitos mexicanos, terminando la feria hasta las 6 de la mañana.

Para el día 25, igualmente como el día anterior se cantan las mañanitas, hay misa, quema de salva de cohetes de luz y trueno; por la noche bandas de música y fuegos artificiales. En años atrás había jaripeo con toros y torneo de peleas gallos. Algo que no falta es la danza de “los moros y cristianos” acompañados con los traviesos “apolines”.

Los habitantes del “Barrio de Texmelucan” se encargaban de los festejos del 24, y los el “Barrio de Tlanalapan” lo hace el día 25; desde 1975 comenzaron a contratar y traer a las caravanas artísticas que fueron cediendo a las grandes organizaciones musicales, orquestas y ahora bandas gruperas, artistas o cantantes de moda, de radio y televisión de fama nacional e internacional. Desde el 2012 con el arribo del párroco Eulogio Francisco Gonzales Parra, el padre unió al pueblo y siguen haciendo el barrio de Texmelucan, hacen el 24 y Tlanalapan hace el 25, pero hoy de un lado y de otro ya hay un solo comité y una sola cuota a nivel pueblo y de ese dinero sale para todo.

Es la feria más grande de la región, pues ni la feria del municipio le gana; aquí no hay Fiesta de Octava y tampoco es movible, por eso todo se concentra el día principal. Los beneficios económicos son para todos; las limosnas para las obras del templo; los ingresos de los juegos mecánicos y carpas para la autoridad auxiliar que lo invertirá en bien del pueblo y todos los negocios del Tlanalapan tienen ganancias que mejoran la economía familiar, las familias se encuentran y se convive con los amigos.

Así se hace la fiesta patronal del “Güerito” el Príncipe San Rafael Arcángel, en la comunidad de San Rafael Tlanalapan, del Municipio de San Martín Texmelucan, Puebla.

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