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Está clasificado y declarado como Monumento Nacional desde 1933 y es uno de los puntos itinerantes obligados en la denominada “Ruta de los Conventos” que se prolonga hasta Tecali, Puebla. Es otro de los atractivos de Texmelucan que cuenta con publicidad en revistas de prestigio, de circulación nacional e internacional. En la actualidad es muy recomendado a los turistas extranjeros por su belleza arquitectónica, sus pinturas y principalmente por su monumental órgano antiguo.

Los religiosos franciscanos de la Provincia de San Diego de México fundaron el convento de Santa María Magdalena en 1615. Su templo religioso se construyó en el siglo XVIII; luego en 1740 el clero regular fue sustituido por el clero secular. Es una iglesia de una nave con cúpula principal y posee una capilla anexa perteneciente a la Tercera Orden Franciscana. Arquitectónicamente es del tipo Espadaña, es decir, un solo muro sostiene su campanario.

Sus altares y retablos manifiestan un barroco muy al estilo mexicano. Tiene una iluminación natural muy especial, que combinada con los colores del churrigueresco le dan un sello particular a la nave mayor. Pedro Rafael Zalazar ejecutó la mayoría de las pinturas, otras pertenecen a Juan de Villalobos, y una en particular localizada en la capilla de la Tercera Orden es del famoso pintor Murillo, esta última aparece en los catálogos internacionales. Los retablos plasman pasajes de la vida secular y religiosa de San Francisco de Asís. Obras que, junto con el altar mayor al concluir la presente tesis, estaban siendo restaurados, devolviéndoles la claridad y brillantez de sus colores. En el atrio están sepultados los restos de los subtenientes Albino Labastida e Ignacio Nieva, sacrificados el 20 de agosto de 1861.